miércoles, 14 de julio de 2010

Ojala, no te pase.

 A ver, yo me pregunto; ¿no se sintieron alguna vez expuestos? ¿Dejados en el olvido, o capaz un tanto viejos? Me refiero, a sentirse obligado a sostener cosas ajenas a uno mismo. Con la presión de no aflojar y sostener, cual tiempo disponga el resto, de algo que no les interesa. Sentirse, ¿manejados? A disposición del resto, a terminar creyendo que la función de uno es solo la de sostener al resto. Que apenas falles, que algo se te valla de las manos, te cambian. Que te sientas reemplazable. Y hasta por alguien mas colorido, mas artificial. Yo digo,  alguien alguna vez en su vida, ¿no se sintió un broche? Por suerte no muy habitué, pero que difícil la vida de ellos. Comunidad rara, y enemigos uno de otros. Madera contra plástico. Años de antigüedad de unos, dicha de otros. En fin, pobre los broches, dejados en el sol, en la lluvia. Ellos se llevan mis aplausos, el día de hoy! Me saco el sombrero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

se va a la bosta esta notaa!
muyy buena

pau