jueves, 15 de julio de 2010

 
Ese charco. Ese rejunte, de poca agua que nos intento mostrar algo que simplemente no eramos. Un tanto claro se mostraba el cielo, pero no se podía evitar sentir ese frió, ese helado clima de invierno. El sol estaba; pero que lejos lo sentíamos. Un tono un tanto oscuro, o azulado. Piedritas se nos interponían. Era sabido, supimos hundirnos. Ahogados, solo un poco, por la realidad, abrumados o con la incertidumbre de no saber que era lo que realmente existía. Sabían lo que querían, pero solo deseaban negarlo. Reflejos que nos ayudan a ver que hay en el alrededor, pero nada dicen ya que solo nosotros sabemos quienes somos, que queremos y porque estamos donde estamos.

Charcos, solo nos muestran la estética de lo que es. O lo que creemos que es. Algún ente ideológico o de razón. 

No hay comentarios: