martes, 20 de septiembre de 2011

Los sueños de Helena.

Aquella noche hacían cola los sueños , queriendo  ser soñados, pero Helena no podía soñarlos a todos, no había manera. Uno de los sueños , desconocido, se recomendaba:
 - Sueñeme, que le conviene. Sueñeme, que le va a gustar.
 Hacían la cola unos cuantos sueños nuevos, jamas soñados, pero Helena reconocía al sueño bobo, que siempre volvía, ese pesado, y a otros sueños cómicos o sobrios que eran viejos conocidos de sus noches de mucho volar.

No hay comentarios: